Hace 110 millones de años, cuatro insectos llenos de polen se ahogaron en resina


Hace 110 millones de años, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, un grupo de insectos que transportaban polen quedaron atrapados en gotas de resina... Pudiera ser el comienzo de un nuevo guion de Parque Jurásico, y nada tendría de pasado-ficción. Los cuatro insectos eran hembras de tisanópteros, con el cuerpo recubierto de granos de polen. Así se han conservado en una pieza de ámbar en Álava...

Los insectos conservados en ámbar y el polen forman la evidencia directa de polinización más antigua conocida hasta hoy día -la única del mesozoico-, según la investigación publicada hoy por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), firmada por Enrique Peñalver y Eduardo Barrón (Instituto Geológico y Minero de España, IGME); Xavier Delclòs, del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la UB, y la Dra. Carmen Soriano (Sincrotrón de Grenoble), entre otros expertos.

Las plantas necesitan intercambiar el polen para su reproducción, y por eso utilizan un «transporte» eficaz, quizá el mejor posible: los insectos. Actualmente se cuentan unas 200.000 especies de animales polinizadores, la mayoría insectos. La polinización por insectos es un proceso que siempre se asocia a las plantas con flores (angiospermas), de las que hoy hay más de 240.000 especies.

Los tisanópteros (o trips), protagonistas de esta historia, son unos diminutos insectos considerados polinizadores poco eficientes durante mucho tiempo, que se alimentan generalmente de tejidos vegetales y polen (en general, de angiospermas). Suelen ser de color marrón o negro, y se conocen unas 5.600 especies.

Los científicos han hallado cuatro hembras de esos insectos tisanópteros conservadas en ámbar de Álava, hace unos 110-105 millones de años, con el cuerpo cubierto de polen de gimnospermas. Una de las hembras quedó atrapada en la resina transportando 140 granos, otra transportaba 137 granos. Estos insectos, de menos de dos milímetros de longitud, presentaban en su cuerpo unos pelos con pequeños anillos seriados, nunca vistos antes, para mejorar el atrape y transporte del polen.

Un fenómeno raro
La polinización de gimnospermas por insectos es un fenómeno muy raro. Las gimnospermas actuales, como los pinos, los abetos, las araucarias y las cycas, entre otros grupos, tienen una polinización debida al viento, que transporta el polen al azar. Hace 110 millones de años, en pleno periodo Cretácico, los bosques todavía estaban constituidos principalmente por gimnospermas, y las angiospermas (plantas con flores) eran una minoría.

¿Por qué recolectaban polen estos insectos del Cretácico? Según los expertos, los pelos anillados para recolectar y transportar el polen no surgieron debido a una presión de selección evolutiva para la polinización, sino que tendría un carácter accidental.

Ámbar de Álava
En cuanto al ámbar conviene recordar que es una resina fósil de origen vegetal. En el caso de Parque Jurásico, por cierto, se utilizó ámbar dominicano, muy transparente y bello, que en teoría tiene como máximo unos 40 millones de años (los dinosaurios desaparecieron hace 65 millones). La licencia del guion estiraba a conveniencia el calendario.
El ámbar de Álava, en cambio, se remonta a unos 120 millones de años. Geólogos han hallado en diferentes ocasiones al sur de la provincia yacimientos de ámbar de entre 110 y 120 millones de años. En 1997, el yacimiento de Peñacerrada, a 25 kilómetros al sur de Vitoria, sacó a la luz varios kilos de «tumbas del ámbar» con insectos y microorganismos.