
«En este caso, la biología es más extraña que la ficción», asegura David Hughes, de la Universidad Estatal de Pensilvania. Los hongos que infectan a las hormigas, descubiertos en la Zona da Mata, en el estado brasileño de Minas Gerais, anulan su voluntad, matándolas después de que hayan transportado sus esporas en la cabeza hasta una localización clave para su dispersión. Ahora, los investigadores han descubierto un segundo hongo hiperparásito (un parásito que vive a costa de otro parásito) que, efectivamente, «castra» al primer hongo para que no pueda esparcir sus esporas». De esta forma, menos hormigas se convierten en zombis.
Hongos «castrados»
Los científicos observaron detalles hasta ahora desconocidos de las interacciones entre las hormigas y los dos hongos, el «perverso» y el «salvador». Los científicos ya sabían que las hormigas defienden sus colonias de manera eficiente contra enemigos microscópicos, como las esporas de los hongos, acicalándose entre sí, pero desconocían que tenían un inesperado aliado. «Curiosamente, más allá del efecto bien conocido del comportamiento defensivo de las hormigas, nuestra investigación revela el efecto añadido de las acciones de «castración» de los hongos hiperparásitos, que pueden dar lugar a limitar significativamente la propagación del hongo de las hormigas zombis», dice Hughes.
En el estudio, solo alrededor del 6,5% de los órganos que producen esporas del hongo de las hormigas zombis eran viables y capaces de infectar a las hormigas sanas. Hughes asegura que su equipo está ampliando sus esfuerzos para seguir estudiando «el teatro más emocionante interpretado en el suelo de la selva tropical».